ES
Belén utiliza su arte como una herramienta para explorar los grandes interrogantes de la vida y ofrecer una mirada profunda a las realidades que a menudo permanecen en silencio. A través de una mezcla de vivencias personales y observación empática, su obra invita al espectador a una reflexión genuina sobre la memoria, la soledad, el paisaje, las adicciones y los conflictos que atraviesan a la humanidad. En su enfoque creativo, la artista capta la esencia de cada experiencia vivida y observada, plasmando sus impresiones en colores intensos y pinceladas enérgicas que revelan su mundo interior con autenticidad y visceralidad.

Su obra, saturada de tonos vivos y texturas audaces, revela una perspectiva única y personal de la realidad, donde el color es tanto un medio estético como un lenguaje simbólico que conecta con la emoción y la subjetividad. A través de esta saturación cromática y su uso particular de la luz, Belén convierte lo cotidiano en extraordinario, resignificando la vida que observó en su viaje a Camerún y sus encuentros con culturas diferentes, llenas de vida y resiliencia. Esta fusión de lo externo con su mundo interno hace de su arte una vivencia envolvente, donde los detalles simples cobran un significado universal.
Con una fuerte conciencia social y un compromiso político, Benavent busca no solo crear arte, sino despertar conciencias y desafiar al espectador a ver el mundo desde perspectivas inexploradas.  Su enfoque implica una inmersión total en las experiencias que aborda, pues cree que es esencial vivir en primera persona lo que plasma en su arte. Al sumergirse en los lugares que documenta y conectarse con las personas que los habitan, Belén no busca simplemente observar, sino transmitir de manera íntima y auténtica las vivencias humanas. Tal como expresa la artista: “He descubierto mi camino: no quiero hacer obras decorativas que no vayan a ningún lado; quiero contar algo, transformar mi experiencia en un puente que permita ver, sentir y, tal vez, comprender más profundamente el mundo.”
EN
Belén uses her art as a tool to explore life's profound questions, offering a deep look at realities that often remain silent. Through a blend of personal experience and empathetic observation, her work invites the viewer into a genuine reflection on themes of memory, solitude, landscape, addiction, and the conflicts that permeate humanity. In her creative approach, she captures the essence of each experience—lived or observed—translating her impressions into vibrant colors and energetic brushstrokes that reveal her inner world with authenticity and rawness.
Her work, saturated with vivid tones and bold textures, unveils a unique and personal perspective on reality, where color serves as both an aesthetic medium and a symbolic language that resonates with emotion and subjectivity. Through this chromatic intensity and her particular use of light, Belén transforms the everyday into the extraordinary, reinterpreting the life she observed on her journey to Cameroon and her encounters with vibrant, resilient cultures. This fusion of the external with her internal world makes her art an immersive experience, where simple details take on universal meaning.
With a strong social awareness and political commitment, Benavent aims not just to create art, but to awaken awareness and challenge viewers to see the world from unexplored perspectives. Her approach involves total immersion in the experiences she addresses, as she believes it is essential to live firsthand what she expresses in her art. By immersing herself in the places she documents and connecting with the people who inhabit them, Belén seeks not merely to observe, but to convey human experiences in an intimate and authentic way. As the artist herself expresses: “I have found my path: I don’t want to create decorative works that lead nowhere; I want to tell something, to transform my experience into a bridge that allows others to see, feel, and perhaps, understand the world more deeply.”
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