ES
La experiencia con nuestro propio cuerpo es única e intransferible; cada aspecto, desde la altura hasta el color de la piel, está expuesto tanto a nuestra propia percepción como a la mirada de los demás. Sin embargo, esta dinámica se ve acentuada cuando se trata del cuerpo femenino, donde los prejuicios, las presiones sociales y culturales se multiplican de manera despiadada.
En la actualidad, el concepto de belleza en nuestras sociedades tiende a ser limitado y erróneamente asociado con la proporción, simetría y perfección, según los cánones estéticos establecidos por la cultura dominante. Este "canon" representa un conjunto de características que son convencionalmente consideradas como bellas por la sociedad. Sin embargo, la belleza es un concepto que trasciende estas convenciones.
El proyecto en cuestión busca reflexionar sobre la belleza física desde una perspectiva de diversidad cultural y social. Además, aborda aspectos relacionados con trastornos genéticos, como el albinismo, vitiligo o el síndrome de Down. En última instancia, este proyecto invita a cuestionar las normas y percepciones sociales, promoviendo una mayor comprensión y empatía hacia la diversidad del cuerpo humano y las experiencias individuales. Se trata de una oportunidad para expandir nuestra concepción de la belleza más allá de los estándares convencionales y abrazar la riqueza de la diversidad humana en todas sus formas.
EN
La experiencia con nuestro propio cuerpo es única e intransferible; cada aspecto, desde la altura hasta el color de la piel, está expuesto tanto a nuestra propia percepción como a la mirada de los demás. Sin embargo, esta dinámica se ve acentuada cuando se trata del cuerpo femenino, donde los prejuicios, las presiones sociales y culturales se multiplican de manera despiadada.
En la actualidad, el concepto de belleza en nuestras sociedades tiende a ser limitado y erróneamente asociado con la proporción, simetría y perfección, según los cánones estéticos establecidos por la cultura dominante. Este "canon" representa un conjunto de características que son convencionalmente consideradas como bellas por la sociedad. Sin embargo, la belleza es un concepto que trasciende estas convenciones.
El proyecto en cuestión busca reflexionar sobre la belleza física desde una perspectiva de diversidad cultural y social. Además, aborda aspectos relacionados con trastornos genéticos, como el albinismo, vitiligo o el síndrome de Down. En última instancia, este proyecto invita a cuestionar las normas y percepciones sociales, promoviendo una mayor comprensión y empatía hacia la diversidad del cuerpo humano y las experiencias individuales. Se trata de una oportunidad para expandir nuestra concepción de la belleza más allá de los estándares convencionales y abrazar la riqueza de la diversidad humana en todas sus formas.
ES
Rembrandt, Velázquez y otros artistas del Barroco absorbieron el mensaje de Caravaggio, quien proclamaba a través de sus obras que la auténtica belleza no reside en lo físico, sino en valores más elevados como la sinceridad, el amor y la honestidad. Esta belleza, invisible a los ojos pero palpable en el corazón, se refleja en el realismo con el cual los artistas barrocos retratan la humanidad. En lugar de enmascarar la fealdad, la revelan con una sinceridad absoluta, capturando la esencia sin adornos ni vanidades, solo la penetrante mirada de un pintor que busca adentrarse en el alma de su sujeto.
Los retratos se centran en el rostro, ampliando un fragmento, una parte de un todo, con el propósito de confrontar al espectador con algo más que una mera apariencia. La distancia entre el espectador y la obra es quirúrgica, despojando todo ornamento mediante el uso del negro, que confiere a los retratos una cualidad atemporal. Así, la obra habita en un mundo paralelo entre lo visible y lo oculto, infundiendo cierta espiritualidad en los rostros capturados.
EN
Rembrandt, Velázquez, and other Baroque artists absorbed Caravaggio's message, who proclaimed through his works that true beauty does not reside in the physical, but in higher values such as sincerity, love, and honesty. This beauty, invisible to the eyes but palpable in the heart, is reflected in the realism with which Baroque artists portray humanity. Instead of masking ugliness, they reveal it with absolute sincerity, capturing the essence without adornments or vanities, only the penetrating gaze of a painter seeking to delve into the soul of their subject.
Portraits focus on the face, enlarging a fragment, a part of a whole, with the purpose of confronting the viewer with something more than mere appearance. The distance between the viewer and the work is surgical, stripping away all ornamentation through the use of black, which gives the portraits a timeless quality. Thus, the work inhabits a parallel world between the visible and the hidden, infusing a certain spirituality into the captured faces.